UVA, UVB, ¿qué son exactamente?

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Has oído hablar de los rayos UVA, UVB, UVC e infrarrojos, ¿pero no sabes verdaderamente lo que son ni tampoco el peligro que representan para tu piel?

No te preocupes, aquí te lo explicamos:

Los rayos ultravioletas (UV)

Son los rayos electromagnéticos que provienen del sol. Contrariamente a la luz, los rayos UV son invisibles al ojo humano debido a que la longitud de sus ondas es corta. ¿A qué se refiere la longitud de una onda? Esta representa la distancia recorrida por una onda durante un periodo de tiempo preciso. La longitud de una onda nos indica a qué velocidad esta se propaga en su entorno. Lo que se debe saber es que cuanto más débil sea longitud de la onda, más energía lleva el rayo consigo y consecuentemente este último resulta más peligroso para la piel.

Los rayos ultravioletas se dividen en 3 categorías:

Los rayos UVA: son aquellos que se sitúan entre los 320 y 400 nanómetros; y llegan a la profundidad de la dermis. Además, aceleran el envejecimiento de la piel, causan las manchas oscuras en la piel y pueden, a largo plazo, provocar cáncer en la piel.

Los rayos UVB: Se sitúan entre los 390 y 320 nm, penetran muy poco la profundidad de la piel, hasta la epidermis. Son los causantes de la pigmentación inmediata de la piel (bronceado). Pueden provocar quemaduras de sol, enrojecimientos y en caso de exponerse en exceso al sol hasta cáncer de piel. Sin embargo, estos rayos también traen beneficios a nuestra piel, ya que permiten sintetizar la vitamina D, la cual facilita la absorción del calcio y fósforo en nuestro organismo. Además, estos rayos pueden ayudar a tratar ciertas patologías como el eczema y la psoriasis.

Los rayos UVC: se sitúan entre los 100 y 290 nm, son los rayos más peligrosos y dañinos para nuestra piel, su energía es tan potente que puede llegar a alterar las moléculas biológicas, es por eso que son usados en los hospitales por su acción germicida. Si todos los rayos UVC emitidos por el sol llegaran a la superficie de la tierra, la vida en ella no existiría. Afortunadamente, la capa de ozono funciona como una barrera contra estos rayos y gracias a ella no llegan a nosotros.

Los rayos infrarrojos

Son los rayos electromagnéticos de la misma naturaleza que los rayos ultravioletas. Tampoco son perceptibles para el ojo humano puesto que sus ondas son muy grandes, entre 700 y 1 nm. Estos rayos nos brindan calor sin modificar la temperatura del aire. Contrariamente a lo que se pueda pensar, los rayos infrarrojos no provocan quemaduras de sol, pero sí pueden prevenir que aparezcan gracias a una «sensación de calor» como alerta preventiva. De todas maneras, se debe actuar con cautela ya que de penetrar profundamente la hipodermis pueden causar la aparición de las arrugas.